El autor de estas líneas junto a Polo, en su primera visita a Trinidad |
Hace 13 años, un accidente del
tránsito nos privó de un intérprete y compositor vital para la música cubana: Polo Montañez. Mas aquella fatalidad no
pudo quitarnos su música, que sigue acompañándonos como signo distintivo de
calidad. Polo pegó duro, y consiguió con 4 discos, dos de ellos con carácter
póstumo, más que premios, amor de sus coterráneos.
Fue el segundo cubano en ganar un
Disco de Platino, le amaron hasta el delirio en Colombia, y arrasó en giras por
Europa y América Latina.
Fernando Borrego Linares, su nombre
verdadero, había nacido en 1955 en una zona rural de Pinar del Río, en una
familia carbonera, por más señas. Del padre, amante de guateques y serenatas
del lomerío, le vino el amor por la música. Luego, sus sones y guarachas
surgieron con la naturalidad del ajiaco. Así aparecieron temas sobre el amor,
la mujer y hasta la popularidad de los artistas.
Tuvo el privilegio de cantar junto a Rubén
Blades, Andy Montañez, Cesária Évora, nuestro Compay Segundo, Eliades Ochoa,
Adalberto Álvarez, Danny Rivera, y Gilberto Santa Rosa, entre otros muchos.
Fue en Cuba donde las grandes mayorías
le aclamaron de ciudad en ciudad, Trinidad una de ellas. La fecha se me
difumina en el recuerdo, pero aún le veo compartiendo con las principales
autoridades locales, aceptar con humildad mi solicitud de entrevista, y hasta
dedicarles un tema musical a los oyentes de la radio.
El Guajiro Natural ganó aplausos al
por mayor en las escalinatas del Centro Histórico de Trinidad, accedió a firmar
autógrafos, se dejó fotografiar, y se sintió idolatrado.
Cuando se supo del accidente, el 20 de
noviembre de 2002, y seis días después, hace 13 años hoy, se anunciaba su
fallecimiento, las lágrimas también inundaron los hogares trinitarios.
Más… ¿Quién ignora que su montón de
estrellas sigue alumbrándonos y que su memoria perdura entre quienes le
conocieron y corearon sus temas?