Hoy es el Día Internacional del Periodista, fecha para homenajear a hombres y mujeres dedicados por entero a una profesión de entrega y sacrificio. Se cumplen 73 años del asesinato de Julius Fucik, importante
figura de la antigua Checoslovaquia quien, detenido por la Gestapo, fue
ejecutado el 8 de septiembre de 1943, cuando contaba con 40 años de edad.
Poco
a poco, desde su celda, en 167 hojas, Fucik dejó uno de los relatos más
escalofriantes sobre la clandestinidad y las duras condiciones de las cárceles nazis
de los países ocupados: Reportaje al pie de la horca. Hace
mucho tiempo se le considera un libro imprescindible.
En
su despedida insistió: “Hemos vivido para la alegría. Por la alegría hemos ido
al combate y por ella morimos. Que la tristeza jamás vaya unida a nuestro
nombre”.
Las
últimas frases de Reportaje a pie de
la horca son de aquellas que expresan universalmente los sentimientos más
nobles de que es capaz un ser humano: “También mi juego se aproxima a su fin.
No puedo describirlo. No lo conozco. Ya no es un juego. Es la vida. Y en la
vida no hay espectadores. El telón se levanta. Hombres: os he amado. ¡Estad alerta!”.
Justo
eso hacemos los periodistas cubanos, desde que la nacionalidad se alzó como
bandera, con franjas blancas y azules, y un triángulo rojo con su estrella
blanca al centro. Hemos estado alertas, en pos siempre, de un futuro mejor.